Todas tenemos nuestros secretos de belleza… pero a veces, los ingredientes más efectivos no están en una crema de lujo. ¡Simplemente están guardados en un armario! El clavo, que solemos usar en la cocina, posee una fragancia cálida y una energía natural que muchas adoran incorporar a sus productos de cuidado facial caseros. Un consejo simple, sensorial y suave para la piel. Esta rutina de tres pasos es el momento perfecto para mimarse al final del día y lucir una tez fresca por la mañana. ¿Por qué no probar este ritual inspirado en las tradiciones caseras… y notar la diferencia?
Una rutina nocturna suave y ultra sencilla de tres pasos
Antes de empezar, recuerda esta regla de oro: adapta siempre tu rutina de cuidado facial a tu piel, sin buscar la perfección. El objetivo es, sobre todo, crear un momento solo para ti. Esta rutina consta de tres pasos complementarios, cada uno de los cuales aporta frescura, confort y suavidad al rostro.Paso 1: El cubito de hielo perfumado, una inyección refrescante que revitaliza la piel.
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