Alimentación saludable: Una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y fibra puede ayudar a mejorar la circulación. Alimentos como las verduras de hoja verde, las bayas, los cítricos y los pescados grasos (como el salmón y la caballa) contienen nutrientes que favorecen la salud cardiovascular.
Manténgase hidratado: La deshidratación puede espesar la sangre, lo que dificulta su circulación eficiente. Asegúrese de beber suficiente agua durante todo el día.
Masajes y estiramientos: Masajear las piernas puede ayudar a estimular el flujo sanguíneo y reducir la tensión muscular. Los ejercicios de estiramiento, especialmente para las pantorrillas y los muslos, también pueden mejorar la circulación al promover la flexibilidad y la relajación muscular.
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